En principio, eran 199 kilómetros, pero todo se acortó a tan solo 74,6 km. Así las cosas, el pelotón ya no ascenderá Grand-Saint-Bernard, que era el punto más alto de esta edición y que fue anulado debido al exceso de nieve. Con trombas de agua cayendo sobre Borgofranco de Ivrea, donde estaba prevista la salida a las 5:00 a.m. (Hora de Colombia), finalmente se decidió que el pelotón parta a las 7:30 de la mañana, a los pies de la segunda ascensión de la jornada, la Croix-de-Coeur.
"Mirando las condiciones climatológicas en el Giro de Italia, no son favorables. Ahora, no es tanto la lluvia, es lo que implica en los descensos, ya que hay frío en las manos y todo.

Pero no fuelo lo único que expresó ante los medios de comunicación, justo antes de que se diera el pedalazo inicial. Allí, también fue preguntado si había la posibilidad de que se repitiera un hecho similar, a lo que dejó claro que no hay nada seguro. "Correr bajo la lluvia siempre cambia mucho las condiciones. Todo es incierto para la otra semana. Si miramos lo que pasó en Emilia-Romaña, no se sabe. Ahora, esperamos que esto no vuelva a suceder", añadió en sus palabras.
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"Eso sí, todos los días, debes estar alerta. Uno abre la puerta o la ventana, miras y te das cuenta de que el clima no es el mejor. Ha sido un giro difícil.