Jhojan Estupiñán hizo historia, el domingo pasado, al convertirse en el primer colombiano en ganar un mundial de Muay thai, en tierra tailandesa. El luchador vallecaucano se consagró en la categoría sub 23, en los 60 kilogramos.
Estupiñán ganó tres combates antes de llegar a la gran final. En los octavos de final venció al kazajo Yernat Smagulov, con una tarjeta final de 30-27; en cuartos, superó a Ibrahem Bilal, representante de los Emiratos Arabes Unidos; y en la semifinal eliminó a Elias Ghazali, de Malasia.
En la final le tocó un duro rival, Ratchanon Krueawan, quien además de su talento en el cuadrilátero, contaba con la ventaja de la localía.
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El caleño empezó perdiendo el primer round por 10-9, pero supo recuperarse y llevarse el segundo parcial por el mismo resultado. En el tercer asalto, cuando quedaba 1:40 en el reloj, le conectó un rodillazo que sentenció al luchador tailandés.
"Un colombiano nunca ha noqueado a un tailandés y menos en la final, eso me puso muy feliz. Cuando me colocaron la medalla de oro fue una una dicha. Yo luché por eso, entrenando todos los días", aseguró Estupiñán.
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Y es que el camino para que el luchador, de 19 años, llegara al país del sudeste asiático no fue fácil. Estupiñán, junto a Johan Fernández y Johan Rincón, se vieron en la necesidad de pedirle ayuda a los vecinos, a la gobernación, en realidad a cualquiera que quisiera impulsar el sueño de estos tres atletas vallecaucanos.
A pesar de que recibieron ayuda de diferentes personas, el nuevo campeón mundial todavía tiene que pagar ciertos préstamos cuando aterrice en la 'sucursal del cielo'. "Tengo una deuda de 8 millones que apenas llegue a Colombia tengo que solucionar", contó.
Sin embargo, cuando Estupiñán vuelva a pisar su tierra será recibido como un héroe, pues su entrenador contó que "él es el campeón del pueblo, porque entrena en el cerro de Las Tres Cruces, en el Parque del Ingenio, al frente de la casa, en el barrio".
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