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Maria Therese Tviberg, de Noruega, durante la prueba de esquí alpino.
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Los Olímpicos de Invierno Milán-Cortina 2026 serán otro concepto de Juegos

Este domingo terminan las justas de Beijing 2022 y desde ya se empiezan a preparar para la cita en Italia.

Si los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022 que se clausuraron este domingo han acusado cierta dispersión por disputarse entre una megalópolis de 21 millones de habitantes y dos subsedes situadas a 75 y 180 km, la siguiente edición, Milán-Cortina 2026, cuyas pruebas se repartirán por una superficie de 22.000 km cuadrados, dará una vuelta de tuerca más a ese concepto.

La esquiadora italiana Federica Brignone puso este domingo voz a ese temor cuando advirtió en la prensa de su país que "no existirá el espíritu olímpico" en unos Juegos en los que las dos sedes que dan nombre al proyecto están separadas por 420 km, la inauguración será en Milán y la clausura en Verona y habrá cuatro villas olímpicas (Milán, Cortina, Predazzo y Livigno).

El COI presentó este domingo este escenario como una ventaja al señalar que "en consonancia" con su Agenda Olímpica, "los Juegos de 2026 no están vinculados a una sola ciudad anfitriona".

"Esto permitirá al comité organizador albergar pruebas en la ciudad de Milán y en la estación alpina de Cortina d'Ampezzo, abarcando sedes en las regiones de Lombardía y Véneto y en las provincias de Trento y Bolzano". Un mapa descomunal y un quebradero de cabeza para los participantes.

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Nada menos que un 27 % de la población italiana reside en esos territorios que acogerán las competiciones olímpicas.

El estadio de San Siro en Milán será la sede de la ceremonia de inauguración el 6 de febrero de 2026 y la Arena de Verona, el impresionante anfiteatro romano, servirá de marco para la clausura.

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Ni siquiera todas las pruebas de esquí alpino se disputarán en la misma sede, con las masculinas en Bormio y las femeninas en Cortina.

Milán, la gran ciudad que lideró la candidatura, apenas acogerá el hockey, el patinaje artístico y la pista corta.

En Cortina se disputarán parte del alpino, las pruebas de trineo y el curling; en Val di Fiemme el patinaje de velocidad, los saltos, la combinada nórdica y el esquí de fondo; en Livigno el snowboard y el esquí acrobático; en Bormio otra parte del alpino y el skimo, nuevo deporte olímpico; y en Anterselva el biatlón.

'El gran teatro de los Juegos', uno de los lemas de esta edición, será grande de verdad.


La intención del COI cuando aprobó los Juegos 'multisede' era aprovechar las instalaciones existentes y ahorrar costes a los organizadores. Los Juegos de Milán deberán demostrar que ese ahorro no se va en gastos de transporte, infraestructura, alojamiento y comunicaciones.

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Trece de 13 de las 14 instalaciones de competición para 2026 ya existen o serán temporales. La única por construir es un estadio de hockey sobre hielo en Milán, que ya estaba previsto antes de la adjudicación de los Juegos.

Fin al ciclo asiático, vuelta a los Alpes


Los de Milán-Cortina pondrán fin a un ciclo de tres Juegos en Asia, los de 2018 en PyeongChang (Corea del Sur), los de 2020 en Tokio, aplazados a 2021 por la pandemia, y los de 2022 en Beijing.

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Los Juegos de verano no regresarán al continente asiático al menos hasta 2036, pues los de 2024 ya están concedidos a París, los de 2028 a Los Ángeles (EE.UU) y los de 2032 a Brisbane (Australia). Para los de 2036 la India ya ha demostrado su interés.

En cambio, el panorama de los Juegos de invierno está más abierto, pues más allá de 2026 no hay nada cerrado. Entre las posibles aspirantes para 2030, a la espera de lo que suceda con el proyecto pirenaico español, figura la ciudad japonesa de Sapporo.

Por el momento, los Juegos de invierno regresan a los Alpes, donde nacieron en 1924 y ya se han organizado en otras diez ocasiones.

La segunda parte del ciclo asiático que ahora termina ha coincidido con la pandemia de coronavirus, lo que ha obligado a disputar en formato burbuja las ediciones de 2020 y 2022. Se espera que los Juegos de París vuelvan a ser los de la normalidad y los organizadores trabajan con un escenario sin pandemia.

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El skimo, una nueva puerta de medalla para los países


El esquí de montaña, conocido popularmente como skimo, hará su estreno olímpico en 2026 y abrirá opciones de medalla para varios países.

Simultáneamente a los Juegos de Beijing se disputaron en Boí Taüll, en el Pirineo Catalán, los campeonatos de Europa y en la prueba sénior masculina el equipo español hizo doblete: Oriol Cardona ganó el oro e Íñigo Martínez el bronce.

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El deporte entra en el programa olímpico gracias a una propuesta de Milán-Cortina que fue aprobada por unanimidad en la Sesión del COI de julio de 2021. Las pruebas de esquí de montaña ya se celebraron con éxito en los Juegos de la Juventud de Lausana 2020.

En esta disciplina los deportistas compiten en terrenos con cuestas arriba y abajo, utilizando técnicas de esquí y de alpinismo. Puede haber desniveles de 1.900 metros y algunos tramos del recorrido los participantes deben desplazarse a pie, con los esquíes en las mochilas, e incluso utilizar crampones en las subidas heladas.

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