Los Phoenix Suns vencieron de nuevo a los Milwaukee Bucks (118-108) y colocaron la serie 2-0 en la final de la NBA.
Los Suns se sobrepusieron al recital de Giannis Antetokounmpo, que consiguió 42 puntos, 12 rebotes y 4 asistencias pero que estuvo demasiado solo en el ataque de los Bucks.
Por parte de los locales, el más destacado fue Devin Booker con 31 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias.
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Los Suns también contaron con las notables aportaciones de Chris Paul (23 puntos, 8 asistencias y 4 rebotes) y de Mikal Bridges (27 puntos y 7 rebotes).
Los locales se lucieron desde el triple (20 de 40 intentos, 50 % en total), mientras que los Bucks naufragaron en el tiro exterior (9 de 31, 29 %).
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Pese al descomunal esfuerzo de Antetokounmpo, que volvió en el primer partido de la final de la NBA tras haberse perdido los dos últimos encuentros por una lesión en la rodilla, los visitantes se vieron muy lastrados por la falta de acierto de Khris Middleton (11 puntos con 5 de 16 en tiros) y de Jrue Holiday (17 puntos con 7 de 21 en intentos).
La afición de los Suns acabó el partido eufórica y cantando "Suns in Four" ("los Suns por 4-0"), su grito de guerra durante estos playoff de la NBA en los que los de Phoenix se están mostrando como un equipo muy fiable y totalmente inspirado.
Los Suns, que nunca han ganado el título de la NBA, no habían jugado la final desde 1993, cuando el equipo comandado por Charles Barkley cayó ante los Chicago Bulls de Michael Jordan.
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La final de la NBA viaja ahora a Milwaukee, donde el domingo se disputará el tercer encuentro entre Suns y Bucks.
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