El estadounidense Colby Covington venció este domingo a su compatriota de origen cubano, Jorge Masvidal, por decisión unánime en el combate estelar del evento UFC272 disputado en Las Vegas (EE.UU.).
El Covington más cerebral se impuso en el duelo del odio. Supo jugar mejor sus bazas, se apoyó en su lucha y logró apagar a un Masvidal al que no dejó desarrollar sus virtudes. Derribó y amasó a su excompañero de equipo para sumar los dividendos suficientes a ojos de los jueces. El estadounidense sabía que una pelea donde reinase el caos jugaba en favor de su rival y siguió el plan establecido.
Presionó contra la reja, como se esperaba. El estadounidense no quería arriesgarse en el intercambio sabedor de la superioridad que tiene en el suelo. Sumó minutos de control tratando de continuar con el plan establecido, sin prisa, colocó codos y buscó vaciar el 'tanque' de Masvidal.
La pelea no tuvo muchos pero si algunos minutos de 'stricking'. Allí fue donde creció el peleador de origen cubano. Aterrizó buenos golpes en la pierna y el rostro del estadounidense, pero Covington contaba con la lucha como vía de escape. Cuando podía cerraba nuevamente la distancia y volvía al plan establecido -derribó a Masvidal en 6 ocasiones-.
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La tensión era palpable en el octágono del T-Mobile Arena. Covington fue advertido en dos ocasiones por el arbitró tras meter un dedo en el ojo y un rodillazo en la zona genital de su rival. Masvidal se repuso y cuando el colegiado Herb Dean reanudó la contienda se terminaron de desatar las hostilidades.
Ambos fueron al intercambio de pólvora, espadas por todo lo alto al llegar al ecuador de la batalla. Covington conectaba buenos golpes haciendo a su rival boxear hacia atrás para lograr el derribó con mayor facilidad. Masvidal se revolvía en el suelo pero la diferencia en esta parcela del 'juego' era demasiada.
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La lucha del estadounidense pesó mucho. Covington amasó a Masvidal a ras de lona. Contundentes codos e incluso un par de intentos tímidos de guillotina por parte del estadounidense. El cubano trató de exprimir sus pocas oportunidades, pero las fortalezas de Covington se contraponían a sus puntos fuertes.
Masvidal y su característica quijada de granito aguantaron castigo y esperaron su oportunidad. En un descuido de Covington encajó un crochet de derecha que cerca estuvo desconectarlo. Las piernas del estadounidense languidecieron. La animadversión entre era palpable. El estadounidense no quiso dejar escapar la pelea, continuó dominando en el suelo y dejó correr el tiempo.
Covington se impuso por decisión unánime. Tras perder ante el campeón nigeriano del peso wélter Kamaru Usma en su anterior compromiso no tardó en llamar desde el centro del escenario a Dustin Poirier, que tiene planeado subir desde la división del peso ligero.
Masvidal no ganó pero tampoco lució mal. Las casas de apuestas daban ampliamente favorito a su rival. Probablemente el segundo luchador más mediático de la UFC conserva su halo. Conectó buenos golpes y llevo la conclusión a la distancia pese a que muchos daban por hecho que Covington lo apabullaría mucho antes.
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