"Estoy jugando muy bien. Creo que puedo hacerlo", afirmó este jueves a la prensa tras derrotar al italiano Andrea Vavassori por 7-6 (7), 3-6, 6-4 y 7-6 (3) en tres horas y 19 minutos, un partido que definió como "duro".
No dejó de reconocer que ante Rune vivirá un duelo "muy difícil" y que tendrá que "jugar muy bien", además de que "las emociones serán muy difíciles de controlar", ya que es la primera vez que llega tan arriba en un torneo importante.
Olivieri recordó que hace pocas semanas perdió en la primera ronda de un torneo "challenger" en Túnez, aunque ante el eventual campeón, por lo que "llegué a París con pocas expectativas".

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Ahora, sin quitarse la sonrisa del rostro por este momento dulce, reconoce estar viviendo una experiencia "increíble": "Es el mejor momento de mi vida", asegura.
A pesar de la gran diferencia en el ránking, puesto que él ocupa el puesto 231 de la ATP frente al 6 de Rune, este argentino de 24 años cree que la inactividad de su rival (tres días sin jugar debido que su oponente se retiró por lesión antes de empezar) puede influir en las dos direcciones.
Por un lado, el danés tiene la ventaja de no haber sufrido hoy el desgaste de casi tres horas y media sumado a la tensión emocional, pero por otra parte "yo tengo el ritmo de partido".
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De momento, su objetivo mañana es recuperarse del esfuerzo y preparar el duelo contra Rune junto a su equipo técnico.
Olivieri, que volvió a dedicar este jueves su triunfo a su padre, que fue su principal apoyo en sus inicios en el tenis y falleció en la pandemia, será uno de los tres tenistas procedentes de la fase de calificación que han llegado a la tercera ronda.